La
teoría del pico de Hubbert, también conocida como cenit del
petróleo y anuncio del futuro agotamiento del petróleo, es una influyente
teoría acerca de la caída de la producción a largo plazo del petróleo, así como
de otros combustibles fósiles, y, evidentemente, la subida de precios…
Hubbert
creó el modelo matemático que predice el nivel de extracción del petróleo a lo
largo del tiempo. Afirma que la producción mundial de petróleo alcanzará un
punto máximo y después declinará tan rápido como creció, remarcando el hecho de
que el
factor limitador de la extracción de petróleo es la necesidad energética
y no su coste económico.
Pero como nunca se
puede concretar la fecha de ese “pico de Hubbert”, cualquier tema puede ser
utilizado como excusa para subir los precios del petróleo…
De nuevo las
tensiones políticas ante los riesgos de una intervención militar en Siria
sirven como "soporte" para una subida de los precios del crudo.
Y ello teniendo en cuenta el pequeño
porcentaje que representa Siria en la producción mundial de petróleo... Poco importa a los analistas del sector,
que ya "extrapolan" el riesgo de que Irán pueda bloquear el Estrecho
de Ormuz como tránsito estratégico para las exportaciones de petróleo desde el
golfo pérsico.
Y ello teniendo en
cuenta que el nuevo Presidente Iraní
desde el 3 de Agosto de 2013, Hasán Rouhaní, sea un islamista moderado que
anunció la reactivación económica del país gracias a una diplomacia más
realista para sus intereses...
En 1971, Hubbert usó
las estimaciones de las reservas mundiales de crudo para predecir el pico
global del petróleo. Echó mano tanto de las previsiones más optimistas como de
las más pesimistas del momento, lo que le situó ese pico entre 1995 y el año
2000… y se ha ido corrigiendo la fecha, pero nadie puede concretarla…de
momento!
Ya saben lo que dijo
Galbraith:
“hay dos clases de economistas, los que no saben nada y los que no saben ni
eso”.
¡Pero con Siria ya se
pueden subir los precios!
Mark
de Zabaleta
Este tipo de informaciones tan elásticas hacen creo yo que la gente termine por no creer en nada. Como criterio no se puede discutir que el petroleo no puede durar siempre pero en la realidad lo que vemos es que cada día hay más demanda y que sacamos petroleos nuevos en lugares nuevos, de modo que no tenemos datos fiables a los que agarrarnos. Un abrazo
ResponderEliminarMe recuerda a mí mismo cuando oí hablar por primera vez del pico del petróleo. La primera reacción es la negación. ¡No puede ser!.
ResponderEliminarLlegar mas allá implica serenarse, proveerse de información, cotejar varias fuentes... y !tomar la pastilla roja¡
Ser de Físicas puede hacerlo mas fácil de entender, pero le aseguro que no mas fácil de aceptar. En parte (tampoco hay que exagerar) estoy de acuerdo con la opinión de Galbraith, por suerte o por desgracia no soy economista, lo que no me impide emplear el espíritu crítico en mi acercamiento a unos conocimientos generales sobre economía, aunque a veces tengo la impresión de que este espíritu crítico no es algo muy apreciado.
Pero vayamos al grano. Ante todo, el pico del petróleo NO es una teoría abstracta, sino la descripción de un fenómeno físico perfectamente caracterizado. Hay que entender que cada país productor de petróleo tiene su propia curva y la suma de estas curvas da la curva de producción global. En concreto, el pico del petróleo en Estados Unidos se alcanzó en 1971, tal y como predijo Hubbert quince años antes. No es cosa de magia, en realidad solo hay que seguir la curva de los descubrimientos de las reservas de los yacimientos de crudo y comprobar como la sigue la curva de extracción. No se puede extraer sin descubrir. Por otro lado en la fórmula de Hubbert tiene muy pocas variables y hay otras muchas que pueden influir pero no alterar el fondo de la cuestión.
Desde mi punto de vista, el gran reto de los economistas está en encontrar modelos de DISTRIBUCIÓN de los recursos que miniminicen la exclusión social y eviten las grandes desigualdades, así como afrontar hemos llagado a los límites del crecimiento económico a escala global.
Un saludo